Por: Vicente Gerbasi
Ligeras cortinas blancas
en volandas livianas,
viajando al éxtasis azul de la mañana.
Fuera de la vida, en vida:
cielo feliz de las aguas.
No saber que se sueña, soñando
con las delicias que vagan
en la vigilia de los aires.
Mirar con ojos dormidos
lentas apariciones en caricia,
a través de una blanda claridad de acuario:
entre tallos torcidos en busca de la flor.
Encontrar en lo fugas,
envuelta en rondas musicales
y perfumes en colores como cintas,
la mujer que soñamos.
Y que nadie haga rumor, ni de ramas,
desde la realidad,
mirándonos tras doloridos cristales empañados.
Estar ahí como no estando
y sufrirnos en espiral,
en la voluta del humo.
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