Por: María Luisa Imbernón
Dejadme que me ría con risa de loca,
dejadme que me ría, ¡dejadme por piedad!;
que yo misma me burle de mi propia locura,
dejadme que me ría; ¡ya no puedo llorar!
He apurado hasta el borde la copa del dolor
Y no quiero seguir siempre sufriendo igual;
Todo tiene su límite todo empieza y acaba
Todo tiene su fin menos mi eterno mal.
¡Ah, razón, si pudiera destrozarte con mis manos!,
Ya no sería fingida esta locura dolorosa;
Dejadme que me ría; llamadme: ¡Loca, loca!
Ya no sería mentira. ¡Por fin estaría loca!,
Y que todos me huyen gritando:
¡Que viene la loca!
Y yo me río feliz, con risa temblorosa:
¡Ja,ja,ja! ¡Locura!
¡Si pudiera estar loca!
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