
Color del paisaje sonámbulo de mis huesos
Sin amarras de nidos que destruya la angustia.
La sal alza su mundo de estatuas en un ruido de manos.
Columnas desde los dedos hasta el centro del espacio
A quienes se obedece como un ritual que impone su imagen.
Todo crece demasiado cerca y el eco que se debe ser entre objetos y personas
Sangra en el cuerpo de un mar huidizo y negro
Mientras los peces, los animales, los insectos y los signos dormidos
Rodean el lecho en cuyo césped la muerte escucha su viaje
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