EL MATADO
En la “Alegría de Barrio”
hubo gresca hace un momento.
Gritos destemplados, ruido
de mesas que iban cayendo;
botellas que se estrellaban;
voces de “auxilio”; denuestros…
De pronto se vió salir
a un hombre todo maltrecho
que echo a correr calle abajo
y, con ademan violento,
sin detener la carrera,
tiró hacia arriba un objeto.
-“¡ Al asesino!”-gritaban;
pero él seguía corriendo,
hasta perderse de vista
por un callejón estrecho.
En cuanto pasó el jaleo,
los curiosos se agrupan
frente al establecimiento.
-Ve, vos, yo ya ví al matado
Boca arriba está en el suelo.
-Con razón se fue el pollo
que lo puyó…
-Eso es muy cierto:
si estuviera boca abajo
no se hubiera ido…
En esto
se entreabrieron las persianas
y se asomó el cantinero
que mirando a los curiosos,
les escupió este denuestro:
-¿para qué hacer tanto rumbo
si el traido está bien muerto?
Tomado de Poetas de Guatemala,1947.
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