!Raza de vivoras¡
Mateo 12,34
En nuestro país, la justicia social era perfecta:
cada quien tenia su vibora, pero sólo los temerarios nos atrevíamos a exhibirla en público, enrollada en el cuello y dispuesta a lanzarse contra el prójimo. La mayoría, la llevaba oculta en el nido de su corazón; pero en cualquier descuido, en la mirada, el gesto, las palabras, la embriaguez, la amistad o el amor, les brillaba su epifanía traicionera.
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