Reflexión de un artista viejo
Ser un artista a la edad de cuarenta años es una gran dificultad, si antes no tienes un trabajo previo. Los
críticos que son todos en la sociedad preparados o muy preparados así lo deciden. La dificultad creo
está en la aceptación de lo espontaneo. Cuando eres una persona aparecida en el trabajo tienes que ser
muy excelente si quieres ser reconocido, porque los que se creen con el derecho de vetar, que somos
todos, es lo primero que hacen. De esta sociedad analfabeta y criminal es difícil que reconozcan al
otro más fácil te vomitan en la cara y te echan al bote de la basura. La espontaneidad según los
críticos es poco valida, porque muestra un trabajo discontinuo sin un método racionalista valido y
según ellos por esta razón no es válida, cuando hay gente que se a torcido el cuello toda la vida y no lo
reconocen ni en la casa. Botero es sin duda un ejemplo. El filosofo Cochise hablaba de que la gente en
esta ciudad muere de envidia. La gente cree que lo sabe todo y se cree en el derecho de despreciar lo
del otro más cuando él cree que el otro no merece ni cinco de reconocimiento. Es difícil que un artista
se reconozca en otro, por simples celos. Es el artista nacional es un hombre enfermo de ambición. A
veces creo que es mejor dedicarse a vender pescado que ser un artista. Es más productivo a la
sociedad.
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