“ Estos cadáveres están completamente irreconocibles de tanta violencia y brutalidad, comenta el policía, que siente repugnancia a pesar de estar acostumbrado a muchas cosas de su profesión. Los cadáveres de la madre y de la hija no han sido movidos y su aspecto mueve a compasión.
Pero de nuevo surge la pregunta: ¿dónde está el pijama de Rainer y dónde está el señor Witkowski?; estos dos cadáveres son femeninos.
¿Ha podido ser el padre el autor? Pero finalmente se encuentra en el arcón los restos ensangrentados del padre. La masa encefálica yace a un lado porque no ha llegado a entrar en el arcón.
Ahora ya sólo queda resolver la cuestión del pijama, agravada por una sospecha.
Cuando el inspector pregunta por centésima vez: ¿dónde está su pijama?,
Tiene que aparecer, señor Witkowski, Rainer finalmente confiesa: está en el maletero del coche, debajo de la rueda de repuestos y cubierto de sangre.
Ahora ya lo saben todo y pueden disponer de mi.”
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