AH, QUE TU ESCAPES
Ah, que tu escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tu no querías creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los mas extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.
(De enemigo rumor)
Tomado de: Antología de la poesía Hispanoamericana contemporánea 1914 - 1970.
De José Olivio Jimenez. España, 1971.
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